¿Se mejora la seguridad en Internet limitando la libertad de expresión y la privacidad?
02/02/2015
Otra vez ha surgido la intentona de diferentes gobiernos de resolver problemas actuales de seguridad en el mundo introduciendo medidas de control en Internet que pueden limitar la libertad de expresión y el derecho a la privacidad. Incluso se han deslizado propuestas, como el fin de la encriptación, que atentarían contra el desarrollo mismo de la red.
Muchos de los problemas que se plantean son reales y parten de preocupaciones genuinas, sobre todo por la importancia que tiene hoy Internet en la vida de la gente. No obstante, se parte de una falsa dicotomía: cercenar derechos para enfrentar los desafíos del crecimiento de las plataformas tecnológicas.
Andres Piazza, responsable de relaciones externas de LACNIC, afirma que el verdadero reto es mejorar la seguridad en Internet y, al mismo tiempo, mejorar el ejercicio de la libertad de expresión y el acceso a la información en Internet.
Tras los recientes ataques terroristas en París, los gobiernos de Francia y Gran Bretaña han anunciado mayores controles sobre Internet y las redes sociales con el fin de limitar la propaganda de grupos terroristas o detectar posibles amenazas. ¿Las medidas de control propuestas para Internet no constituyen una limitación a la libertad de expresión y el derecho a la privacidad?
Es prematuro precisar acerca del alcance de las “medidas excepcionales” a la que refiere la retórica de algunos líderes políticos, ya que no existe aún una propuesta de regulación concreta.
Sin embargo, hay antecedentes desafortunados de regulaciones que cercenan derechos, redactadas al calor de un atentado terrorista, como la Patriot Act norteamericana.
Es importante esperar para ver como algunas expresiones toman forma de iniciativas legislativas, teniendo en cuenta que Europa en general y Francia en particular tienen importantes antecedentes de respeto por las garantías legales así como también en la regulación sobre Protección de Datos Personales.
¿No se está proponiendo una falsa dicotomía que establece que sólo cercenando algunos derechos se pueden enfrentar los desafíos actuales de Internet?
Es cierto que se trata de una falsa dicotomía, dado que el amplio acceso de los ciudadanos a Internet tiene como principal resultado un mayor ejercicio de derechos (libertad de expresión, acceso a la información).
Sin embargo, no deja de ser uno de los máximos desafíos de esta era deseado el equilibrio entre seguridad y privacidad
¿Se intenta usar de excusa la ciberseguridad para conseguir más acceso a datos de personas y empresas?
La seguridad en Internet no es una excusa, sino un tema relevante de agenda y debe ser abordado como tal. De hecho, se trata de uno de los ejes estratégicos del trabajo de LACNIC. Sin embargo, hace tiempo se pueden ver casos en los que termina resultando una excusa, no es el único.
Si a la ya expandida vigilancia masiva, que supone la capacidad de romper barreras de seguridad para acceder a información de usuarios, se le suma la prohibición de utilizar servicios encriptados, el panorama es preocupante. Si bien se estarían removiendo obstáculos para las agencias de investigación de delitos, paradójicamente puede resultar que la seguridad de los usuarios no se vea mejorada sino empeorada, con dicha prohibición.
Se trataría, eventualmente, de una situación de pérdida de derecho a la privacidad sin ganar necesariamente en materia de seguridad.
¿Mayores restricciones y controles cómo pueden afectar el desarrollo de Internet?
Este tipo de restricciones a servicios de comunicaciones cifradas, sumadas a las prácticas de vigilancia, aún produciéndose fuera de la región, supondrían no solamente un impacto sobre la privacidad y seguridad, sino que tendrían capacidad para poner en vilo la interoperabilidad global de Internet.
Internet sólo puede ser un motor de Desarrollo si el acceso es amplio, por parte de los usuarios, a una red abierta, estable e interoperable.
Gran Bretaña incluso ha propuesto prohibir aplicaciones de mensajería populares y redes sociales que despliegan técnicas de encriptación para proteger los datos de los usuarios. Es viable esto?
Es cierto que existen pronunciamientos que pretenden prohibir comunicaciones encriptadas, pero no se ven iniciativas regulatorias concretas, y se debe esperar.
En caso de ser planteadas, no solamente serían medidas de dudosa viabilidad, sino que el impacto de las consecuencias no deseadas sería mucho mayor sobre los derechos, y sobre la seguridad de los ciudadanos, de lo que se pretende prevenir.
También se ha interpretado que la propuesta de la prohibición de encriptación en Gran Bretaña alcanza la tecnología que protege las comunicaciones en línea, compras, operaciones bancarias, datos personales. ¿Qué impacto puede tener esto en Internet global?
Es difícil de imaginar un escenario como este en el Reino Unido, que puede ser muy nocivo para los usuarios de su país. Sin embargo, para que el impacto sea global, estas prohibiciones deberían ser cuanto menos de toda la Unión Europea, algo que parece aún más improbable, teniendo en cuenta los altos estándares en privacidad que tienen sus normativas.
¿Cómo se compatibiliza el reto de mejorar la seguridad en Internet y, al mismo tiempo, mejorar el ejercicio de los derechos humanos en Internet?
Es una respuesta muy difÍcil de dar. No solamente es un desafío evitar la tensión entre seguridad y privacidad, sino garantizar la vigencia de otros derechos como libertad de expresión y acceso a la información.
Las aproximaciones a la seguridad y a la persecución de delincuentes deben ser colaborativas entre los diferentes agentes, manteniendo las garantías que el marco jurídico vigente ofrece, y propiciando amplios debates entre actores gubernamentales y los demás stakeholders involucrados.
Mientras más serio y amplio sea el debate, menos posibilidades hay de contar con un mero enfoque represivo y restrictivo de Derechos.
¿Qué está haciendo la comunidad de AL ante estos avances por limitar los derechos en Internet?
La comunidad de Internet está compuesta de nuestros gobiernos, empresas del sector privado, activistas, académicos y organismos de la llamada “comunidad técnica”, como LACNIC.
Puede decirse que el panorama es relativamente positivo en nuestra región, ya que esta clase de pronunciamientos o medidas de las que hablamos son casos aislados. Asimismo, debe destacarse el diálogo que existe entre los diversos actores. El mismo es fluído y debe profundizarse.